Malyovitsa o Malióvitsa o Мальовица.
¡Hemos hecho cumbre! Y nuestros ojos intentan creer los magníficos colores que nos ofrecen las montañas Rila. Nos abrazamos, hacemos fotos, comemos unos dulces para reponer energía y miramos alrededor, fotos por todas partes. Increíble. Qué meteo tan perfecta, qué nieve tan magnífica y qué pedazo ascensión! Se ve toda Bulgaria, hay visibilidad hasta que la Tierra empieza a curvar y ya no se puede ver por detrás del horizonte. Hemos logrado una ruta completamente nueva para nosotras, con nuevos desafíos y dificultades, ¡hemos disfrutado, hemos mejorado! Son aproximadamente las tres de la tarde y estamos en nuestra primera cumbre de Bulgaria, de la Península Balcánica. Qué horario más raro para estar en una cumbre… quizás. ¿Pero, qué ha pasado?
Para entender cómo hemos llegado hasta aquí, este enlace os guiará. Pero para entender únicamente el día de hoy, podemos quedarnos en esta página. Hace unas horas salimos de Govedartsi, después de un magnífico desayuno y una noche muy bien dormida en la casa rural muy familiar Family Hotel «Djambazki», dirección al refugio de Malióvitsa. Primero aparcamos el coche en el aparcamiento de la estación de esquí. A partir de aquí, subimos un sendero nevado, es más o menos 1h30 de camino hasta llegar al refu. Hemos dicho sendero nevado? Buah, todo está nevado. Las ramas de los abetos cubiertos de blanco, se doblan hasta el suelo con el peso de la nieve, bien adaptados están a estas condiciones. Mira, ya se ve el refu. Nos dimos el lujo de ir cargados, tres días de refugio se agradece estar confortable, jeje. El refugio nos encanta, grande, buenas instalaciones, pero casero y amigo del ambiente de la montaña. Nada más entrar vemos una pegatina que no tardamos a fotografiar para enviarla a Ferri, jeje.
Deshacemos las mochilas y cogemos solamente lo esencial para la ascensión. Pero curiosamente, sin muchas prisas, vamos perfectamente de horario, pero los horarios son completamente distintos aquí. Hace sol, nada de viento, y mucho frío. La semana pasada cayó mucha nieve, y tenemos la montaña llena de nieve polvo que se mantiene en perfectas condiciones durante todo el día gracias al frío que hace. Claro está, sin nunca menospreciar las caras sur.
El camino desde el refu a la montaña está batido ya, pero no hay muchas trazas en general. Tisho nos dice que este finde vendrá mucha gente y todo se llenará de trazas, sobretodo de esquí se entiende, hace una meteo de sueño! A unos 30 minutos del refugio hay una roca grande, es un memorial a los compañer@s fallecidos en la montaña. Desde aquí se bifurcan varias rutas a los distintos puntos de la montaña. Nosotras seguimos dirección Malyovitsa.
Subimos a un ritmo muy bueno. Cargamos con las raquetas de nieve por si acaso hace falta abrir ruta pero no es necesario, tenemos traza hasta el lago. El lago está en la base del Malyovitsa y de las otras montañas de la cadena. No sabemos cuánto hemos tardado hasta aquí, un par de horas, quizás tres. Aquí hay una piedra grande que sirve perfectamente para sentarnos y comer tranquilamente. A partir de aquí ya será ataque a cumbre, se ha acabado la aproximación. Después de comer, nos equipamos con arnés y casco. Nos hemos pillado los nuevos arneses de alpinismo, el Huscaran de Edelrid (para Joao) y el Flake de Singing Rock para Susana, muy ligeros y cómodos. A partir de ahora sí que abrimos traza.
Avanzamos en dirección a la base de la arista noreste del Malyovitsa, que es exactamente la ruta que queremos hacer, muchísimo más corta que la normal, pero mucho más exigente y técnica; una buena pared de terreno mixto la cual hay que subir bien encordados, pero a eso ya llegaremos. Volviendo a donde estábamos, para colocarnos en la base de la arista hay que pasar por un terreno de avalancha. A primera vista podría parecer pequeña e incluso pasar desapercibida, pero hace unos años once personas fallecieron exactamente en esta zona. Tisho conoce perfectamente la zona y nos enseña sus detalles. Como bien se debe hacer, iniciamos protocolo de ascensión en zona de aludes, pasando uno de cada vez, y no hay que tener ningún problema en dejar 200m de distancia si hace falta. Pasa Tisho abriendo ruta, nosotras, de una en una. En la seguridad de una roca nos ponemos los crampones y nos encordamos, empieza la arista NE.
Pam! Terreno mixto del bueno! Perfecto para nosotros porque necesitamos practicar, pero de todos los terrenos de montaña, el terreno mixto es en el que menos experiencia tenemos. Cuesta acertar la cabeza, pero se avanza a pasos decididos y fuertes, y siempre con mucha cabeza. A nuestra derecha, la gran pared Norte del Malyovitsa cae 500 metros hasta el valle. A nuestra izquierda la pared de roca nevada que desliza hasta nuestra traza, otros 200-300 metros. Arista estrecha y siempre en terreno inclinado, mixto, la roca, la tierra, la hierva y la nieve son aquí una única entidad.
Llegamos al final de arista, desde aquí unos pocos pasos nos bajan a un pequeño collado que se asoma al vacío. Aquí nos colocamos en la base de la pared NE ahora aún más vertical que la anterior. Quizás 20-30 metros de pasos mixtos, pero si queremos ser correctos en nuestras palabras, hay que decir que estábamos escalando. En estos 20-30 metros casi todos los pasos fueron con las manos en roca o piolet bien clavado en la nieve. Incluso metimos un friend. Último paso, el más duro, y voilà! Nos colocamos en la cima! Y su belleza aún nos asombra. Aún miramos las fotos y nos cuesta creer los colores que se logran.
Listos, empezamos la bajada, y ahora sí por la ruta normal, seguimos la cadena de montañas hermanas, a nuestra izquierda queda la olla desde donde empezamos la arista, y a nuestra derecha cae el valle hasta donde se ve el Monasterio de Rila, que visitaríamos 3 días después y que resultará ser de los monumentos más bellos, y mágicos, que hemos visitado. Nos ha dado una gran foto ;-)
Bajamos el collado hasta el lago cogiendo por el camino los bastones y las raquetas y, desde aquí, una bajada tranquila y muy disfrutona hasta el refugio donde llegamos ya con los últimos rayos de sol de la jornada.
En el refugio, un ambiente espectacular, familiar, caliente y acogedor. La comida muy rica, además tiene menú a la carta! Jejeje.
Y con esto nos acostamos habiendo coronado la cumbre más emblemática de las montañas de Rila pero, sobretodo, por una ruta que para nosotras fue un desafío y una conquista.
Aquí tenéis nuestra ruta en wikiloc.
Al día siguiente más!
Varias fotos de la cumbre:
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